En el East River, justo entre Manhattan y Queens, está la Roosevelt Island. Casi que pasa desapercibida, con sus apenas 200 metros de ancho, pero es una visita sin tanta fama y extraordinariamente atractiva.
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Sobre el East River, a la altura de Central Park y entre Manhattan y Queens, la Isla de Roosevelt es una gran opción para pasar la tarde paseando por entre sus calles y parques.
Curiosamente, no suele ser mencionada en las guías de New York. Quizás sea por su tamaño, porque tiene apenas 200 metros de ancho, pero quizás esta discriminación ayude a que siempre haya poca gente.
Para llegar hasta la isla hay que tomarse el teleférico rojo, toda una experiencia en sí misma. Se paga con la Metrocard al mismo precio que el subte y durante los cinco minutos de viaje vas a volar entre los rascacielos y sobre el río.
La recomendación es ir preparados para caminar mucho, porque tiene 3 kilómetros de largo y se puede recorrer de punta a punta. Al descender del teleférico vas a sentir que estás en otra ciudad. Podés acercarte al centro de información para visitantes y obtener un mapa y algo más de historia del lugar.
Si caminás por la Main Street hacia el norte vas a ver muchísimos edificios reciclados. Esa calle te lleva por un gran parque, por una de las casas coloniales más antiguas de toda Nueva York (la Blackwell House, construida en 1796) y, más allá, llegás a la Capilla del Buen Pastor, que se inauguró en 1888.
No te pierdas la Octagon Tower, un edificio donde funcionó un manicomio desde 1840 a 1955 y que estuvo abandonado por varias décadas, hasta que lo compró una empresa y lo reconvirtió en lujosos departamentos que cuestan millones de dólares.
Bien al norte está el faro Blackwell y es una buena opción regresar por la orilla del río, en un camino que rankea entre los más hermosos de todo NYC, con una vista fuera de lo habitual. La aventura te lleva por las ruinas de un hospital donde dejaban en cuarentena a los enfermos de viruela, a mediados del Siglo XIX. Y en el extremo sur de la isla hay un hermoso parque en homenaje a Roosevelt, desde donde llegás a ver los rascacielos del Downtown y los demás puentes.
El track que elegimos para cerrar este episodio:
“Welcome to New York”, Taylor Swift
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