Siguiente tarea: alquilar el auto. Nuestro plan es salir desde Miami y devolverlo en Manhattan, para desde NYC regresar en avión y empalmar con el vuelo de regreso a Buenos Aires. Así, nos ahorramos 2mil kilómetros de viaje en auto. La mala noticia: retirar el coche en un estado y devolverlo en otro siempre sale más caro. Y mucho más si la devolución es en New York.
Despegar.com suele tener buenas tarifas en autos, pero en este caso no ofrecía buenas opciones para devolverlo. Aún no teníamos definido el hotel en el que nos hospedaríamos, pero sabíamos que sería por Chelsea o cerca de Times Square. RentalCars.com siempre es una buena alternativa. Y así fuimos probando todos los días, hasta que salió una buena oferta. De todas maneras, hasta el último día hay que seguir intentando: las promos aparecen imprevistamente y, de última, cancelás la reserva anterior y te quedás con la nueva.
Ahorrar en el auto no es algo que yo recomiende. No hay tanta diferencia entre un auto normal y una SUV llena de chiches. Por poco más de 50 dólares semanales te quedás con mucho más espacio, velocidad crucero, cámara trasera, navegador satelital y más confort. ¿Indispensable? No, claro que no. Pero vale la pena.
En síntesis: del 6 al 13 de octubre alquilamos un Ford Escape o similar, la categoría que ellos llaman IFAR, que vendría a ser una SUV intermedia. El mejor precio lo conseguimos por Budget a través de Rentalcars: 678 dólares, con todos los seguros e impuestos incluídos. Retiraremos en el Aeropuerto de Miami y lo devolveremos en un garage de la East 31, a cinco cuadras del hotel en NYC. Mejor, imposible.